martes, 16 de octubre de 2012

¿Educando?


Hace unos días recibí en mi correo la carta de despedida de un chico de 32 años,que había decidido terminar con su vida. 

Pedía expresamente la difusión de lo que eran sus motivos de aquella decisión  y desde este espacio me permito y necesito hacerlo. Porque no dejo de pensar en ello desde entonces, porque me llena de tristeza y de rabia a la vez, y porque como él confío en que desde la comunicación se puede cambiar el mundo (el mundo que a él le robaron y que no fue capaz de recuperar en sus alrededor de 18 años de lucha).

La leo y la releo y se me ponen los pelos de punta, un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lágrimas y es que esta historia no me es ajena, porque la he vivido de cerca, porque como él estudié en uno de esos colegios que se llaman "brillantes",  y que en mi experiencia abandonan la dignidad que como ser humano merecemos al respeto de nuestra libertad. Y olvidan también la obligación que padres y educadores contraen con niños y adolescentes  en el momento que deciden serlo. 
Tengo la suerte de recordar esa experiencia con alegría y alivio porque encontré en mi familia y entorno el contrapunto que me hizo relativizar todo aquello y haberlo significado a la postre como un aprendizaje vital que me ha hecho reafirmarme y posicionarme en aquello que soy, y en lo que no soy.

 Me duele el alma al recordar las palabras de Víctor porque conozco esa trágica realidad y reconozco la sinceridad y la tragedia de su experiencia encarnada. Como él conozco vidas truncadas, algunas reconocidas, otras para mí aparentemente "normalizadas" bajo el yugo de la culpabilidad, y otras para mí "falsamente" envueltas de la alegría impuesta  y de la falsa seguridad que asegura la libertad aniquilada.

Releyendo Summerhill descubro esta frase..."La función del niño es vivir su propia vida, no la que sus impacientes padres desean para él, ni la que esté de acuerdo con el propósito del educador que cree saber lo que más le conviene. Todas estas interferencias  y guías por parte de los adultos sólo producen una generación de autómatas....y convertirlos en adultos abúlicos...cosa buena para una sociedad que necesita individuos dócilmente sentados , hombrecillos amedrentados, conformistas mortalmente asustados..." (Summerhill)

Y me pregunto qué se esconde detrás de esa coacción temprana sino la inseguridad de lo que se proclama, temiendo así que si se le deja  madurar muy probablemente rechace esas ideas contrarias a la misma naturaleza humana, y se libere por fin de un sin fin de yugos y culpabilidades que imposibilitan una relación plena con un otro. Y es que, sin duda, hay más garantías de éxito en la manipulación del ser humano a mayor vulnerabilidad del mismo, y esto lo saben bien quienes se dedican a ello.


Creo  un educación que permita elegir. Y más aun, en aquella que hace sentir con la  libertad de elegir.  Y estoy convencida que es la única educación que hace al ser humano  feliz. La educación que adoctrina (en cualquiera de sus variantes), que manipula y coacciona para conseguir un objetivo (de quien coarta la libertad del menor) es una forma de agresión, de maltrato, de violencia a una vida que no pertenece a nadie más que a la vida misma.

Esta es la carta de Víctor

Cierro esta entrada cargada de tristeza y pena con la esperanza que recogen las siguientes lineas del magnífico poeta Jalil Gibran:

 Algunos derechos reservados por Ian Sane
Vuestros niños  no son vuestros niños.
Son  los hijos e hijas del propio anhelo de la vida.
vienen a través de vosotros pero no provienen de vosotros
y aunque están con vosotros no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor pero no vuestros pensamientos,
puesto que tienen sus propios pensamientos.

Podéis alojar sus cuerpos más no sus almas,

Puesto que sus almas moran en la casa del mañana, que vosotros no podéis visitar , ni en vuestros sueños.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no intentéis hacerlos como vosotros,
puesto que la vida no mira ni espera el ayer.
Sois los arcos de los que vuestros niños parten como flechas vivientes.
Abandonaos en manos del arquero: será para bien.

Un abrazo, Víctor





domingo, 19 de agosto de 2012

Psicología positiva o método para el control de las masas?





He encontrado este video en las redes sociales, y me ha parecido muy interesante. Me ha hecho pensar... escuchándolo, recordé una entrada anteriormente publicada que se titulaba "corta tu rama", y he sentido la necesidad de re elaborar este material.

El video da la opinión de una activista y escritora norteamericana, Bárbara Ehrenreich, sobre lo que ella considera como una forma de manipulación de masas por los grandes poderes fácticos, a través de la mal interpretada "psicología positiva", que según la autora en su libro "sonríe o muere", ha logrado fomentar la inacción en unas ocasiones, y la asunción de la responsabilidad de hechos que no les corresponden a muchas personas, en otras.
La autora critica mensajes transmitidos desde esta corriente, en la línea de "podemos lograr lo que nos propongamos, solo con nuestro propio pensamiento", "nosotros generamos nuestra propia realidad, somos responsables de ella", "somos responsables de lo que nos pasa, ya que generamos un tipo de energía según nuestros pensamientos, que crea esa realidad imaginada", o "no te aflija, piensa en positivo, no te quejes..." mensajes del tipo de los publicados en el best seller  "el secreto" por ejemplo, según ella.

Y es cierto que no existe una realidad objetiva, que cada uno vive la suya a su manera, y también es cierto que de alguna manera influímos en gran parte de lo que nos pasa... Pensaba en El Efecto Pigmalión, y todas las investigaciones sobre como influyen nuestras expectativas en nuestros resultados. Estas investigaciones avalan parte de estas teorías de la "psicología positiva", en función de algunas variables como la motivación, la cantidad de persistencia a la hora de intentar algo, la tolerancia a los fracasos sufridos durante el camino...

Y también pensaba en la famosa frase de Sartre, que tanto utilizamos en T. Gestalt, esa que dice "la libertad no es lo que la vida hace contigo, sino lo que tú haces con lo que la vida hace contigo", y que de una forma maravillosa nos devuelve parte de nuestra libertad y responsabilidad al mismo tiempo.

Pensaba en la entrada de "corta tu rama", y si no es posible que infunda el mensaje sin ser esa su intención, de que nada de lo que nos pasa es malo...
Una vez más me atrapa la frase de Sartre...

Todos los derechos reservados por Benjamin Albiach
Por su puesto que hay avatares a lo largo de nuestra vida que no quisieramos atravesar, situaciones tristes, duras, pérdidas, agresiones, frustraciones... No todo lo que nos pasa es fruto de como sentimos o vivimos o pensamos... Este es un pensamiento muy egocéntrico en mi opinión... Hay cosas, muchas en realidad, que se escapan a nuestro control, y lo que nos queda una vez nos alcanzan, es ver lo que queremos hacer con ellas dentro de nuestras posibilidades... Como crecemos a pesar y a partir de ellas... Y en este crecer a veces hay que llorar, gritar, o destruir para dejar el espacio limpio a lo que queremos construir  de nuevo... De ahí la importancia que en gestalt le damos a  validar todas las emociones y darles es espacio que se merecen en nosotros, sobre todo a la ira y a la agresividad, como energía destructora de todo aquello que precisa ser destruido, para poder ser reconstruido de nuevo.
No podemos modificar nuestra realidad solo con pensamientos positivos, con deseos... Esto es una parte... A veces... Otras, además de esto, hay que ponerse manos a la obra con la energía suficiente como para poder luchar y poder sobrevivir, intentando crecer siempre por el camino, por supuesto... 

Quizá en los tiempos que corren hace falta una gran dosis de esta psicología positiva, que nos marque una hoja de ruta, un horizonte... y que nos recuerde que podemos crecer y aprender de todo, pero no podemos construir nuevos tiempos solo con deseos y pensamientos, en esto comparto plenamente las palabras de Barbara E. 
Desde mi modelo... siente, acepta lo que sientes como algo bueno de ti, mira a ver que necesitas y que te indica eso que sientes, y pasa a la acción, confiando en ti, ya sea gritando, revelándote, pidiendo, luchando, llorando, abrazando, amando...
Pero esta es solo una opinión... no sé tú que piensas al respecto.

viernes, 3 de agosto de 2012

Para reflexionar...


En esta época de verano, una frase para reflexionar...creo que sobran las palabras...
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"Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierde la salud para ganar dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta del presente, por lo que no vive ni el presente ni el futuro. Y vive como si no fuera a morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido"

Dalai Lama

miércoles, 6 de junio de 2012

Mi vida en una receta



 Algunos derechos reservados por action datsun 
Hace poco veía un programa de cocina que hablaba acerca de lo nutritivos que son según qué alimentos...,de la importancia de este y aquel nutriente y de cómo el modo de cocinarlos puede garantizar o no las propiedades nutritivas de todos ellos...

Lo estaba viendo y me daba cuenta que con el alimento ocurre lo mismo que con la comunicación...ni todo lo que decimos es integrado o comprendido por un otro, ni todo lo que como me nutre.

Recordaba la frase de mi compañera y amiga Mayte Lacasa que cogió prestada de no se quién..."no eres lo que comes, eres lo que tu flora intestinal absorbe"...(y no elimina, claro!)

Todo esto lo relacionaba con ese patrón de relación en que se "engullen" las experiencias (al igual que los alimentos)  sin asimilar (y sin nutrirnos, por tanto)...con lo que lo eliminamos de un modo parecido al que lo hemos ingerido. Patrón de relación en el que vamos incorporando ingredientes que nos alejan de  personas y experiencias  nutricias, que deseamos tanto como evadimos...

Cuando esto nos ocurre ponemos en la "ensalada" de nuestra vida ingredientes como estos...
  • Vivir queriendo controlarlo todo...
  • Tener para todo una respuesta...
  • Ser incapaz de sorprenderme de un "otro"...
  • Vivir experiencias significativas y acumular experiencias  que no me calan...
  • Vivir sin dejar que pase el “ a ver qué pasa"...
  • Vivir sin "abandonarme" con un otro...
  • Desear la intimidad de los encuentros,y asustarme la intimidad de los encuentros...
  • Sentirme solo….con frecuencia...

Si conoces esta receta, ocurre que vives “de receta” un modo de vivir en el que pareciera que vivimos plenamente nutriéndonos y sin embargo nos mantenemos impermeables en las experiencias y encuentros con lo que finalmente ocurre (como si se tratara de un programa informático) que no actualizamos (nuestra versión) en cada encuentro o experiencia...y se va haciendo más difícil adaptarse a los nuevos requerimientos sociales (al igual  que a las demandas informáticas...)



Con el pasar de los días este plato se nos indigesta y no nos nutre,nos hace sentir  vacíos, solos, con mucha hambre, deseosos de otro y temerosos de otro, anhelando encuentros y evitando encuentros, preguntándonos qué está pasando y mostrándonos  con una apariencia de seguridad que nos distancia del otro…


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Y así nos procuramos cada día un plato que no nos alimenta...con lo que no podemos crecer. Un modo de no “encontrarme” con otro ni  conmigo mismo, y sí con mi soledad. Alimentándonos sin nutrirnos, eliminando las experiencias (al igual que ocurre con el alimento )sin haberlas asimilado. 





Siempre comiendo y  siempre hambrientos.

Acumulando experiencias sin "vivirlas". Con esa ausencia de encuentros auténticos al que nos referíamos en la entrada "la invención de Hugo" cuando aludíamos a esa paleta de colores que se va actualizando y renovando con cada encuentro auténtico y experiencia plena vivida.                                                   

                 
¿Cuales son los ingredientes de tu receta?¿Qué ingredientes incorporarías para que tu plato resultase más "nutritivo"?


¡Buen provecho! 





domingo, 27 de mayo de 2012

La terapia gestalt como disciplina personal

Me he pasado todo el fin de semana encerrada en un taller titulado "La Terapia Gestalt como disciplina personal", y la experiencia ha sido tan potente para mí, que necesitaba escribir sobre ello.
Por un lado pareciera que es una incongruencia prescribirse la disciplina de ser congruente con los postulados de la Gestalt, cuando esta habla de autenticidad, honestidad, espontaneidad... y pareciera que estos debieran darse de forma natural y "espontánea"..., sin embargo, al menos en mi caso si que es necesario cierto grado de alerta, de vigilancia en la aparición de mis bloqueos, esos que en ocasiones me impiden fluir o me tornan un poco menos honesta, auténtica, deseosa de agradar y ser amada.

Transcurridas las primera horas, el desconcierto y la frustración se palpaban en el ambiente. El terapeuta sentado en un lado de la sala, permanecía atento a las señales del grupo, disponible si había alguna demanda, pero en silencio la mayor parte del tiempo, ya que estas no surgían. El silencio resultaba incómodo y se percibía el nerviosismo en la fenomenología de los compañeros..., unos miraban hacia arriba, otros ojeaban sus cosas, otros de vez en cuando intervenían quizás en un intento de rellenar los huecos y "salvar" al terapeuta y a los compañeros de la incomodidad propia proyectada... era esta clase de silencio en la que aparece aquella parte de nosotros que a menudo no aflora, que no dejamos aflorar sería más correcto porque no le damos espacio. 
El terapeuta aguantaba el tipo estoicamente (eso pensaba yo en ese momento) sin dar pautas, simplemente estando presente y disponible, atento, dejándose fluir y dejando fluir al grupo en el vacío fértil, confiando plenamente en sus capacidades y en las propias (no había estoicismo, sino confianza, pero eso lo descubrí poco después).
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Poco a poco iban apareciendo figuras para trabajar... algunas no demasiado claras. Iban y venían en un baile quizás  un poco asincrónico. Luego aparecieron otras muy potentes, que nos movilizaros e hicieron crecer.

Y de repente lo vi... como un inshigt.

Algunos compañeros protestaban pidiendo pautas, ejercicios. Se sentían indignados ante lo que percibían como pasividad del terapeuta, quizás dejadez de sus obligaciones como didacta...

Y sin embargo yo lo vi. 

La excitación por segundos aumentó en mí, mi cuerpo se irguió, me senté ligeramente hacia delante como intentando llegar a todos para poder compartir lo que estaba experimentando y lo grande que para mí era. Y no es que fuera la primera vez... pero eso no importa. Es como cuando te besan con una entrega total y te fundes, y vibras y fluyes... no importa que no sea la primera vez, sigue siendo la leche.
Lo veía... esto, para mí, era Gestalt pura... y yo me sentía cómoda y relajada, al mismo tiempo que excitada... parece una contradicción pero no... era como la voz media de la que habla el PHG.
Me acordé de la cantidad de veces que mis pacientes me piden pautas y yo me niego a dárselas apelando a su responsabilidad en el proceso, y a la confianza plena en que ellos saben mejor que nadie lo que les conviene. Solo tienen que darse el tiempo suficiente y el permiso para descubrirlo... y casi siempre tiene que ver con darse el permiso para ser ellos mismos.
Esto era lo que estaba pasando. El terapeuta no empujaba el río. Sabía estar ahí, en ese espacio en el que a veces estamos perdidos, desconcertados, sin respuestas claras. Ese espacio en el que se desvanece el control, y se hace necesario confiar en que "el suelo seguirá estando ahí para sostenernos cuando demos el siguiente paso".
Derechos reservados por Benjamín Albiach
No hubo pacificación prematura del conflicto, en su lugar una fuerte dosis de confianza y de devolvernos la responsabilidad de nuestras vidas y de nuestro tiempo. ¿Qué necesitábamos hacer? ¿Qué queríamos hacer? ¿Lo estábamos haciendo?
Cuando estás acostumbrada a vivir en un ambiente estructurado, con pautas claras, donde se esperan cosas, se tienen expectativas sobre como deberían ser las cosas... este vacío de pautas puede ser muy perturbador, porque te devuelve la responsabilidad de actuar decidiendo qué quieres hacer y cómo lo quieres hacer, y te pone delante de muchos de tus bloqueos... ¿Te permites hacerlo? 

Patxi Sansinenea, que era nuestro terapeuta, se presentaba ante mí como uno de los más claros ejemplos de gestalt como disciplina personal. Honesto en lo que nos decía, confrontando cuando era necesario, haciéndose cargo de sus sentimientos y necesidades, responsable de esta forma con sigo mismo y con nosotros, dejándose fluir, confiando, abandonando el control, estando de manera permanente en el aquí y ahora de lo que iba sucediendo... tranquilo, presente...

La experiencia de fluir y abandonar el control es formidable, porque de repente aparezco yo, tal cual soy... y está bien, y me puedo apoderar de esto y lo más importante, responsabilizarme de esto.

Esto es responsabilidad, honestidad, congruencia, respeto, estar en el presente sin empujar el río... esto es Gestalt.

Gracias por la experiencia Patxi Sansinenea.

miércoles, 9 de mayo de 2012

¡¡¡Las crisis!!! Corta tu rama...


Algunos derechos reservados por Benjamin Albiach
Quisiera compartir este bello cuento popular que me ha enviado una buena amiga, y que una vez más me ha hecho reflexionar sobre la idea de “desequilibrio cómo índice de salud”, y recordar una de las primeras entradas que publicamos en nuestro blogg   “El equilibrio…,  apenas lo acaricio y ya se me escapa”

Cuántas veces nos pasa, que en situaciones límite o desesperadas, hacemos cosas, probamos soluciones, buscamos salidas en sitios que antes hubieran sido inimaginables para nosotros? ¿Y cuántas veces al hacer algo distinto, sucede también algo distinto?  Se abren nuevas puertas… nuevas posibilidades…

¿Os acordáis de otra entrada que se titulaba “Cuando nos salimos del círculo”?

A veces esperamos a que el miedo por lo que vamos a hacer y nunca hemos hecho antes, sea menor que el miedo a lo que podría pasar si no movemos ficha. Es como si no tuviéramos más remedio que seguir hacia adelante y lanzarnos al vacío de la vida… confiar… (aunque sea sin demasiada confianza). Es como si el universo cortara nuestra rama, esa en la que estamos cómodamente instaurados, y nos dijera… ¡ala…. A volar!

Se me ocurren multitud de ejemplos… No cambiar de trabajo, aunque estemos insatisfechos con el nuestro y nos haga infelices, no arriesgarnos a iniciar esa empresa que nos ilusiona y en la que creemos, por miedo al fracaso… seguro que podéis aportar muchísimos más.

Por eso quisiera compartir esta historia, con la esperanza de que cuando sintáis que la vida os corta vuestra rama, que todo se tambalea a vuestro alrededor, podáis pensar que quizá sea la hora de desplegar esas alas que seguro poseéis y volar hacia mejores horizontes.
Podáis pensar en esa situación difícil como una posibilidad de crecimiento al fin y al cabo, y no como algo que os limita o constriñe.

Espero que os guste…

AtribuciónNo comercialCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por Fernando Cuenca Romero
  
“ Corta tu rama:

Cuenta una leyenda que el rey de una lejana comarca un buen día recibió en obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase.

Al cabo de algunos meses, el rey pidió informe al maestro cetrero acerca del entrenamiento de las valiosas aves.
El maestro le informó que uno de los halcones respondía perfectamente al entrenamiento, pero que el otro no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día de su llegada.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave.
Entonces decidió encargar la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió…
En un acto de desesperación, el rey decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una jugosa recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando agilmente frente a las ventanas de su palacio.
El rey le dijo a su corte, Traedme al autor de este milagro.
Su corte rápidamente le presentó a un campesino.
El rey le preguntó:
Tú hiciste volar al halcón? Cómo lo hiciste? Eres mago?
Intimidado, el campesino le dijo al rey: No fue magia ni ciencia, mi Señor, sólo corte la rama y el halcón voló.
Se dio cuenta que tenía alas y se empezó a volar.
Las crónicas narran que desde entonces el halcón voló libre y sin restricción alguna…
y el rey simplemente disfrutaba de su vuelo…

AtribuciónCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por El coleccionista de instantes
…y tú, a que estás aferrado
…que te impide volar?
…qué es eso de lo que no te puedes soltar?
Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos y creemos que eso es lo único que existe.
Dentro de esa zona está todo lo que sabemos y todo lo que creemos….

Convivimos con nuestros valores nuestros miedos y nuestras limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia.

Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos.

No siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles.
Deja de aferrarte a tu propia rama y corre el riesgo de volar más alto

ATRÉVETE A VOLAR. !!!

Cuento Popular”


martes, 1 de mayo de 2012

Envejecimiento activo. Un enfoque Gestalt


todos los derechos reservados por Benjamin Albiach
Nuestra población envejece... envejecemos... y de forma paralela aumenta el gasto en pensiones, sanidad, dependencia... 
Cuando el bolsillo pica, parece que se movilizan las grandes instancias... pues bien, bienvenido sea si es así. Progresivamente ha ido aumentando la conciencia sobre la importancia de invertir en investigación, sobre algunas enfermedades relacionadas directa o indirectamente con el aumento de edad como el Alzheimer u otras demencias, y al mismo tiempo, y tan importante como esto primero, aumenta la conciencia de la importancia de incidir en programas de prevención de la salud, como para este caso serían los programas para fomentar el envejecimiento activo. 

Este año ha sido declarado por el Parlamento Europeo, el año del envejecimiento activo, y desde todos los colectivos implicados, nos afanamos por aunar esfuerzos para llegar a más y más gente de manera que podamos ir modificando algunas creencias negativas y erróneas sobre el envejecimiento, y al mismo tiempo emplazar a las personas a desarrollar un papel mucho más activo y responsable, de cara a afrontar y disfrutar de este período de la vida.
Y compartiendo con mis compañeros qué es lo que cada uno de nosotros entendía por envejecimiento activo, a mí, desde mi enfoque gestalt, me surgieron algunas ideas que quise compartir.

Desde la Gestalt no concebimos al individuo, sino es inmerso en su entorno, y en este sentido, me resulta fácil comprender lo que puede suponer en una sociedad de consumo y donde prima la productividad, llegar a la edad de jubilación. Si observo este modelo de sociedad, en su seno encajan a la perfección la cantidad de ideas negativas (introyectos culturales) que vamos asimilando con un bajo nivel de conciencia, y que van conformando nuestra idea de lo que es envejecer, fomentando el enraizamiento de una actitud "edadista" en nuestra sociedad.

El edadismo se refiere al conjunto de estereotipos y prejuicios relacionados con la edad, así como a las consecuencias discriminatorias de los mismos en la atención de las personas mayores. Y se alimenta de todos estos introyectos o creencias falsas. Seguro que alguna de ellas os suenan... algunas conforman lo que se denominan los yo-yas (yo-ya no puedo):

 Algunos derechos reservados por Meritxell Garcia 
-Llegar a viejo implica enfermar y tener que padecer achaques
-Al llegar a viejo se pierde la memoria
-Al llegar a viejo se pierde el deseo sexual, y si se mantiene es porque se es un "viejo verde"
-Al llegar a viejo se vuelve uno lento y torpe
-Yo ya no estoy para esto
-A mi edad yo ya no puedo
-Sobre esto yo ya no digo nada


Así pues, vamos cumpliendo años e incorporando estas creencias más o menos digeridas, y somos apartados de la vida laboral y con ello de una importante forma de autorrealización personal. Es como si nos impusieran una fecha de apagado que no corresponde con las verdaderas potencialidades de la mayoría de las personas.
Por ello creo que cada vez se hace más necesario incidir en que no todo el envejecimiento es patológico, en que envejecer no supone per sé enfermar o perder todas las facultades. A veces sí, pero la mayoría de las veces no es así.

¿Qué sería el envejecimiento activo desde el enfoque gestáltico?

En mi opinión sería un envejecimiento en el que se mantienen intactas las capacidades del individuo para tomar conciencia de sus verdaderas necesidades, y de cómo hace o no hace para satisfacerlas. Sería un envejecimiento en el que la responsabilidad principal del proceso, se le devuelve al individuo, que se libera de todas estas creencias falsas, manteniéndose en contacto pleno tanto con él mismo, como con su entorno.

 Algunos derechos reservados por mtsofan
Responsabilidad para mí es la palabra clave. Responsabilidad para con uno mismo, capacidad de estar plenamente consciente y dar respuesta activa a las propias necesidades en todas las facetas del ser humano.
Envejecimiento activo a mi entender, desde mi enfoque, implica masticar estas creencias dañinas, tomar contacto con uno mismo y lo que uno necesita, y ejercer un papel activo y responsable, huyendo del rol de enfermo o dependiente.
Desde este punto de vista, a mi juicio, envejecimiento patológico sería todo aquel en el que las personas nos desconectamos de nosotros mismos y de nuestro entorno de forma progresiva, anulando todo aquello que somos, y favoreciendo la aparición de "otras patologías físicas o psicológicas", y las situaciones de dependencia.

Y en este sentido, todo esfuerzo encaminado a "masticar" creencias tragadas, viendo lo que nos encaja y desechando lo que no, todo esfuerzo encaminado a devolverle al individuo la responsabilidad y el poder sobre su vida, todo esfuerzo encaminado a movilizar todos nuestros recursos personales, me parece bien venido, aunque sea así.