Qué maravilloso sería si pudiéramos vivir nuestras relaciones de una forma tan limpia como la letra de esta canción de Lluis Llach, disfrutando del tiempo compartido y agradecidos incluso cuando decidimos continuar por caminos distintos. Cuando nos cuesta llegar a este punto, podemos estar seguros que podemos aprender alguna lección sobre nosotros mismos.
Tras la resaca de San Valentín, me pareció una hermosa canción para compartir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario