jueves, 12 de enero de 2012

El equilibrio... apenas lo acaricio, y ya se me escapa

"Estar en contínuo equilibrio es estar muerto, crecemos gracias al desequilibrio", comentábamos en una sesión de grupo en la que trabajábamos sobre un capítulo de un libro maravilloso de Carmen Vázquez (Buscando las palabras para decir).

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En ese momento pensé en la cantidad de esfuerzos que invertimos intentando atrapar esa sensación de satisfacción que produce, el alcanzar por unos leves instantes el equilibrio. Pareciera que muchas veces, la consecución de este, se convierte en el objetivo mismo... y pareciera que muchas veces acabamos frustrados en el intento, pues la realidad es otra... apenas lo acariciamos, se nos escapa de las manos.

Para la Gestalt, nos movemos de una necesidad a otra (bien sean necesidades físicas, sociales o emocionales), en un proceso dinámico y siempre cambiante. Satisfacemos una y aparece otra nueva, es como un baile: desequilibrio-equilibrio, y vuelta a empezar... Porque es precisamente la sensación de tensión que provoca el desequilibrio la que nos empuja a movilizarnos en nuestro entorno, para satisfacer esa necesidad.

Pretender estar permanentemente en equilibrio, desde este punto de vista, es una insensatez, es como querer detener el tiempo, parar el fluir de las aguas del río.

Solo muerto puede estar uno en permanente equilibrio, su contrario es la norma, y es lo que nos invita a interactuar con nuestro entorno y a crecer.

El río de nuestra experiencia fluye entre desequilibrios que se equilibran para que aparezcan otros nuevos, y así sucesivamente. Así, avanzamos en la búsqueda permanente de esta quimera, que tan solo logramos retener el tiempo justo y necesario, como para dar un pasito más en nuestro desarrollo.

Me tranquiliza pensar en el equilibrio como un índice que me guía hacia la consecución de mi bienestar, y no como un objetivo en sí mismo. Así puedo saborear también la tensión que me produce notar que tengo que movilizarme, que tengo que reajustarme en su búsqueda, el desequilibrio adquiere valor en sí mismo. Me gusta... no deja de ser otra polaridad integrada.

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